El enfoque de educación permanente en un proceso de economía social y solidaria: La experiencia del Grupo Cooperativo Quali y Agua para Siempre

Nota: Este ensayo de Gisela Herrerías Guerra concluye nuestro foro sobre la economía social and solidaria en América Latina— una colaboración entre el Miami Institute, la Red Comparte y el Centro Internacional de Investigación de la Economía Social y Solidaria de la Universidad Iberoamericana CDMX (CIIESS). Para reflexionar sobre estos ensayos, los autores del foro se unirán para un diálogo final a través de Zoom este viernes, 1 de octubre, 12pm-13:15 pm (hora México) / 13:00pm-14:15 (hora Miami, EDT). ¡Por favor sigan este enlace para registrarse a este evento virtual!

El punto de partida fue la realización de una opción ética, que nos llevó a la inserción en la semiárida y montañosa región mixteca-popoloca, una zona campesina e indígena marginada entre las más pobres del país, para buscar mejorar las condiciones de vida de las familias que viven en ella. Se ubica en el Nudo Mixteco que se forma por la intersección de las tres Sierras Madre, Oriental, Occidental y del Sur.

Contando con un bagaje cultural humanista de pedagogía y filosofía, pudimos apreciar y aprovechar la riqueza de la innovación planteada por el pedagogo brasileño Paulo Freire con su metodología de educación liberadora, la cual complementamos con la metodología de entrevistas dialógicas sistematizadas, inspiradas en el método socrático de la mayéutica, que busca educar por medio de preguntas, que permiten –no inducir ni deducir- sino educir el conocimiento.

Las entrevistas dialógicas aportaron una firme base para promover y facilitar el diálogo en pequeños grupos de personas que tienen una visión compartida sobre la maraña de problemas que enfrentan y padecen en su vida cotidiana, diálogo que lleva poco a poco a descubrir que les gustaría trabajar organizadamente para buscar soluciones adecuadas.

Estos métodos de aproximación a una realidad desconocida para nosotros, nos permitieron comprender gradualmente cómo es el mundo en el que viven, desde su misma perspectiva y con sus propias expresiones verbales que brotan desde su horizonte cultural.

La práctica continua de este proceso muy pronto hizo palpable su potencial para identificar problemas, explorar posibles alternativas de solución y acercarse con cautela a la formulación de un proyecto de acción que pueda encaminarlos hacia alguna solución adecuada a su alcance.  Este enfoque de educación de adultos lo plasmamos escribiendo que “en lugar de hablar de ‘Programas Educativos’ preferimos hablar de ‘un modo educativo de hacer las cosas.’”

Fuimos entendiendo que la educación -en general- es el proceso por el cual las personas aprenden a ser cada vez más libres, y nos fuimos convenciendo de que el mejor modo de profundizar en ella es precisamente mediante el ejercicio continuo de esa libertad progresiva. “…la educación, como práctica de la libertad, es un acto de conocimiento, una aproximación crítica a la realidad” y la educación en los procesos compartidos se orienta hacia la transformación de esa realidad develada como injusta.

Esta comprensión nos acercó de manera natural a la naciente metodología de Investigación-acción participativa, que propone que debemos investigar todo lo que sea necesario para empezar a actuar, y reflexionar continuamente sobre los resultados logrados mediante la acción, para poder mejorarla. 

A través de esta praxis y con el transcurso del tiempo, el enfoque de la investigación-acción participativa se fue revelando como el método educativo por excelencia, al proponer de manera explícita facilitar la participación y expresión de todas las personas, propiciando que el diálogo ordenado en torno a estos planteamientos permita facilitar y ordenar las aportaciones de todos para generar consensos.

Para facilitar este diálogo sin enfrentar la barrera del analfabetismo, desarrollamos un material didáctico denominado “codificadores gráficos” que es un conjunto de imágenes que permiten representar –inspirados en los códices indígenas- diversos conjuntos de actividades que forman un proceso.  Con un material adherente, las imágenes se ordenan en un adherógrafo –tela extendida a manera de pizarrón- que estimula la participación de todas las personas, para expresar con claridad los vínculos entre los distintos conceptos expresados, siempre a la vista de todo el grupo. 

Para facilitar la plena participación y colaboración de las mujeres, diseñamos imágenes que expresan la interminable sucesión de actividades que realizan durante su doble jornada. Este material llevó a una sorprendente autoconciencia respecto a sus actividades, que las llevó a nunca más repetir -como decían anteriormente- “yo no trabajo, nomás estoy en la casa”.

Para ordenar el proceso agrícola se diseñó otro conjunto de imágenes que muestran el ciclo de cultivo anual y el desarrollo fenológico del maíz y del amaranto en la milpa, junto con las estaciones climáticas y los agentes que intervienen en los distintos tipos de agricultura.

La utilización de estos materiales didácticos nos ayudó a identificar colectivamente cuáles son los problemas prioritarios que debíamos abordar como grupo.  La falta de agua se descubrió como el problema-eje en torno al cual giran otros muchos problemas como la salud, la alimentación, el tiempo que se invierte en obtenerla, el ingreso, lo cual permitió enfocar la atención en investigar posibles soluciones para aliviarla.  En lugar de acceder a la petición de perforar pozos profundos, dialogamos con las personas para explorar en la propia historia de la región cuáles serían las alternativas ecológicamente más adecuadas en el entorno semidesértico en que viven y cuáles serían económicamente más viables.  Cotidianamente -de manera informal- y en nuestras juntas mensuales con los grupos, las personas nos iban compartiendo las diversas maneras cómo se abastecen de agua, de dónde la obtienen, cómo la acarrean y cuándo escasea más.  También nos guiaban en recorridos de campo para que pudiéramos entender su territorio y conocer los puntos en que hay nacimientos de agua, los cauces por donde corre cuando llueve y los sitios en donde se estanca temporalmente. También nos fueron mostrando las obras ancestrales heredadas de los popolocas, como sus parcelas con bordos y terrazas que con cada lluvia que reciben se enriquecen con el azolve retenido, así como los jagüeyes en torno a los cuales crecieron casi todos los pueblos, con los cuales interceptan y almacenan el agua en la temporada de cuatro o máximo cinco meses de la temporada de lluvia y las galerías filtrantes originadas en Persia y traídas por los españoles durante la Colonia. Paralelamente buscamos la información bibliográfica disponible, arreglándonoslas para ir a la Colección Latinoamericana Benson, en la Universidad de Texas en Austin y para conseguir los valiosísimos cuatro tomos publicados sobre la prehistoria de Tehuacán por el destacado equipo interdisciplinario liderado por Richard S. MacNeish. Esta doble dinámica nos llevó a la propuesta de regeneración de cauces y cuencas para obtención de agua y protección de suelos, que fraguó en el programa “Agua para Siempre”.

Reconociendo la urgente necesidad de mejorar y enriquecer la alimentación familiar, emprendimos una doble línea de investigación-acción sobre la historia de los pueblos de esta región, centro de origen de la agricultura y de la irrigación.  Mientras las dependencias de gobierno impulsaban la “Revolución Verde” que marginaba y sustituía la sabiduría ancestral, el enfoque educativo de la metodología nos acercó al redescubrimiento y a la decisión de rescatar el amaranto para su reincorporación en el policultivo llamado milpa, así como su uso en la alimentación cotidiana como alternativa nutritiva y saludable, la cual se abordaba en talleres mensuales de cocina, nutrición y abasto familiar.  La continuidad y perseverancia en esta línea llevó a la integración del Sistema Alimentario de Amaranto Agroecológico que opera el Grupo Cooperativo Quali.

De los análisis grupales fueron surgiendo con relativa facilidad planteamientos de pequeños proyectos que podrían ejecutarse en grupos solidarios, los que a su vez se convirtieron en una valiosa instancia pedagógica, desarrollar la capacidad de aprender a trabajar junto con otras personas y vivenciar el encuentro de soluciones a los problemas comunes.

Este enfoque coincide con los pasos que explicita la epistemología del filósofo jesuita Bernard Lonergan quien propone un método ordenado de cuatro pasos para la adquisición de un conocimiento genuino o auténtico: 1) experiencia, 2) intelección, 3) juicio y 4) decisión.  Exige partir siempre de la experiencia, y analizarla detalladamente hasta alcanzar una clara comprensión o intelección, que sirva como fundamento para formular juicios de valor que orienten a la toma de decisiones que lleven a la acción, la cual se convertirá en una nueva experiencia, reanudando así el ciclo del conocimiento. El conocimiento humano es cíclico, acumulativo, dinámico e integrativo.

Al planear y emprender los proyectos que fueron surgiendo, se hizo evidente la necesidad de abordar educativamente su dimensión económica.  Nos propusimos como objetivo que las personas aprendieran los rudimentos de la contabilidad, con lo que iniciamos el desarrollo de una metodología didáctica que llamamos “la contabilidad es cosa de juego”, que logra que puedan comprender la relación dinámica entre los distintos componentes del Estado Financiero (compuesto por el Balance y del Estado de Resultados) como condición ineludible para poder tomar decisiones fundamentadas en la situación económica real de los diversos proyectos de las empresas sociales y cooperativas que se fueron gestando.

El análisis mensual de las cuentas en grupo fue haciendo clara la necesidad de preparar series numéricas históricas para poder realizar análisis comparativos.  El siguiente paso fundamental fue la elaboración de gráficas que faciliten su comprensión.  De esta manera en lugar de saturar una sesión informativa con una sucesión de números cuya relación es incomprensible (como suele observarse en entidades de todo tipo), podía  presentarse visualmente para comprender intuitivamente si crecimos mucho o poco, si ganamos o perdimos, mejoramos o empeoramos y hacia dónde se observa que van las tendencias. Los participantes en las reuniones de las comisiones de dirección han contribuido a este esfuerzo didáctico para facilitar cada vez más la comprensión de procesos complejos.  En el camino se han identificado cuáles son -para cada caso- los fenómenos que resultan indicadores clave que revelen con nitidez los logros, problemas y amenazas, por lo que es prioritario su seguimiento, análisis y comprensión grupal como base para la formulación de juicios y toma de decisiones fundamentadas para realizar nuevas acciones con agilidad.

Como componente inherente de las actividades de recuperación del patrimonio ancestral, se ha desarrollado una cultura institucional de innovación continua, ya que no nos interesa simplemente conocer el pasado como reliquia admirable, sino comprender qué aprendizajes de la experiencia histórica pueden ser útiles para orientar la búsqueda de soluciones a los problemas que enfrentamos en la actualidad y los que avizoramos hacia el futuro.  Así, la apropiación cognoscitiva de los aprendizajes derivados de milenios de experiencias colectivas realizadas en el territorio, se convierten en un potente fundamento para emprender proyectos de desarrollo tecnológico participativo, en el cual todas las personas aprendemos y contribuimos en diversas formas a lo largo del proceso.

Con la intención explícita de promover la equidad real, se abordó la problemática desde la perspectiva de las mujeres, emprendiendo varios proyectos simultáneos como diseñar una máquina que ayude en el pesado proceso de hacer tortillas, mejorar el fogón para mejorar la salud al evitar la aspiración constante de humo, y cómo disminuir el tiempo y esfuerzo invertido diariamente en el acarreo de agua hacia la casa.  Este enfoque llevó al rápido crecimiento del Centro de Tecnología como lugar de interacción entre las usuarias que plantean y explican la necesidad y su visión de lo que sería una solución adecuada, junto con los técnicos y operarios con habilidades y conocimientos para manipular materiales y articular mecanismos que generen prototipos que serán sometidos a pruebas sucesivas por parte de los técnicos y las usuarias, hasta encontrar una solución práctica viable, sabiendo que se podrá hacer una mejora progresiva.

La práctica periódica de diálogo en grupos como ejercicio constante de búsqueda, indagación, reflexión, descubrimiento, prueba y evaluación ha desarrollado las habilidades y actitudes, los conocimientos y capacidades personales y grupales, así como el sentido de pertenencia por la búsqueda de una finalidad común.  Desarrollar dentro de cada quien el sentido y capacidad de avanzar buscando alcanzar la finalidad, genera una potencia personal y colectiva. Todos aprendemos en el proceso y desarrollamos nuestras facultades como personas y como grupo que coopera.

Al mismo tiempo que fuimos comprobando la validez de los procesos de regeneración ecológica para solucionar los desafíos de abastecimiento de agua y de producción de alimentos, íbamos comprendiendo que la dimensión y complejidad de los problemas y desafíos que enfrentan nuestros paisanos cercanos y lejanos, junto con toda la humanidad, evidentemente rebasan la capacidad de solución que pueda operar una agencia promotora del desarrollo regional sostenible como la nuestra. Nos planteamos entonces que la mejor vía para multiplicar las soluciones la podría aportar nuevamente el enfoque educativo, por lo cual decidimos fundar el Museo del Agua “Agua para Siempre”, como centro de educación ambiental de calidad.  En él hemos podido plasmar los aprendizajes adquiridos a partir de las experiencias de transformar la realidad social, cultural, económica y ambiental durante cuarenta años, y a partir de esas experiencias ofrecer una gran variedad de servicios y experiencias educativas para personas interesadas en conocer los procesos seguidos, las tecnologías desarrolladas y las soluciones alcanzadas, como fuente de inspiración y convencimiento para abordar ellas problemas semejantes en sus propias regiones y países.

El último elemento que queremos comentar aquí es que en todo el proceso de trabajo grupal, no solamente se van generando empleos, sino que se crean nuevos tipos de empleos para satisfacer las necesidades a las que se orienta el enfoque ético que dinamiza y orienta este proceso.

En nuestro caso, desde el inicio en 1980 optamos por la creación de empleos formales, para ofrecer seguridad social a los colaboradores.  La decisión de registrarnos ante el gobierno como empleadores y forzarnos a cumplir las obligaciones que de ello derivan, nos sumergió en un mundo de enorme complejidad contable, administrativa, legal y fiscal, -acompañados de fuertes golpes económicos- para el cual hemos tenido que educarnos en la -a la vez- ansiada y temida formalidad.  En los grupos de mujeres una campesina nos clarificó con sabiduría premonitoria: “queremos aprender para defendernos”. No tenemos tiempo para abordar aquí la inagotable sucesión de problemas, desafíos y quebrantos que nos han causado las dependencias gubernamentales como consecuencia de esta decisión; tanto que nos llevó a desarrollar un “Mapa de Autodiagnóstico de Empresas sociales” y una dinámica para aplicarlo, para comprender la interacción entre todos los factores de la producción y las áreas de la gestión empresarial.  Sin embargo, a lo largo de los años las personas que colaboran con nosotros han tenido acceso a servicios de salud pública y a financiamiento de vivienda, y hoy cuatro décadas después de haber tomado esta decisión, varios de nuestros compañeros han emprendido ya el proceso para pensionarse, con lo cual tendrán derecho a servicios de salud durante el resto de sus vidas, y el derecho a una pensión que los aleje de la pobreza en la que la mayoría de la población sufre durante su vejez.

-Gisela Herrerías Guerra

Cursó la licenciatura de Pedagogía en la Universidad Nacional Autónoma de México. Es Directora de Educación de Alternativas y Procesos de Participación Social Asociación Civil.  Junto con su esposo Raúl Hernández Garciadiego, desde 1980 ha impulsado un proceso de desarrollo regional sostenible y cooperativo en beneficio de familias y pueblos campesinos e indígenas con un equipo interdisciplinario de 145 personas en promedio.  Sus proyectos principales son:   “Agua para siempre” que impulsa la regeneración ecológica de cuencas para recargar los acuíferos y “Grupo Cooperativo Quali”, que integra cooperativas de siembra, procesamiento agroindustrial y comercialización de alimentos nutritivos de amaranto. Este equipo ha logrado mejorar el nivel de seguridad hídrica, alimentaria, económica y ecológica de las familias y pueblos de las regiones más pobres de México, recibiendo el reconocimiento a la Mejor Experiencia de Desarrollo Rural Sustentable. Es directora del Museo del Agua “Agua para Siempre” y fue electa para el Consejo Directivo de la Red Global de Museos del Agua (Wamunet).

Referencias:

"Codificadores Gráficos"  Material de comunicación popular. Cedetac-Alternativas, México 1985.

De Shutter, Anton.  “Investigación Participativa: una opción metodológica para la educación de adultos. CREFAL.  Michoacán, México,1983.

Díaz, Guillermo. “Alternativas: Grupo Cooperativo Quali y Agua para Siempre.  La promoción social de un proceso de regeneración ecológica, social, cultural y económica”.  Buen Vivir y Organizaciones Regionales Mexicanas. Cuaderno 2 Economías Solidarias. RTESAA Red Temática de Economía Solidaria y Alternativas Alimentarias. ITESO CONACYT Nov. 2018.

Freire, Paulo. Fundamentos revolucionarios de Pedagogía Popular. 904 Editor. Argentina,1977.

Freire, Paulo, “Pedagogía del Oprimido”. Ed. Siglo XXI. Montevideo Uruguay, 1978.

Freire, Paulo “¿Extensión o comunicación?”. Ed. Siglo XXI.  Montevideo Uruguay 1984.

Freire, Paulo “La Educación como Práctica de la Libertad ”< Ed. Siglo XXI. México, 1974.

HERNÁNDEZ GARCIADIEGO, Raúl “Acercamientos: Autodiagnóstico de Empresas Sociales” Alternativas y Procesos de Participación Social A.C., México 2001.

HERNANDEZ GARCIADIEGO, Raúl “Un modo educativo de hacer las cosas”  Publicado en la revista “Educación de Adultos y Desarrollo” Número 20 de Marzo de 1983, editada por la Asociación Alemana para Educación de Adultos (D V V) en español, inglés y francés.

HERRERIAS GUERRA, Gisela "Armadura Legal y Administrativa de las Organizaciones Populares Autogestivas", en "México Frente al Nuevo Siglo" Fundación Konrad Adenauer, México 1993  p. 76- 84.

Investigación “El agua como recurso escaso – la respuesta de Tehuacán” y “Agua para Siempre- Obtención de agua y conservación de suelos a través de la regeneración de cuencas” publicados en Tehuacán, Horizonte del Tiempo, Club Rotario Tehuacán Manantiales México 1998  Págs. 86-105.

“Las Organizaciones Populares Autogestivas y sus Necesidades Específicas de Asesoría” Praxis 1989.

MACNEISH, Richard “The prehistory of the Tehuacan Valley” 4 vol. Peabody Foundation Austin & London 1970.

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